address: south olive and 5th streets, los angeles, united states
architect: ricardo legorreta
date: 1991 / 1993
El anteúltimo día del año pasado, en México DF,
en la misma ciudad en la que había nacido ochenta años antes, murió
Ricardo Legorreta. Se había graduado en UNAM en 1953; y aunque trabajó
en la oficina de José Villagrán García, hasta 1960, cuando abre su
propio estudio, su maestro fue Luis Barragán. Cuando en 1968, se
inaugura el Hotel Camino Real del DF, con proyecto de Ricardo L. algo
pasó con la arquitectura. Es obvio que
desde muy joven entendió la importancia de Barragán, y decidió continuar
con la estilística que aquel había fundado con sus 5 o 6 casas del DF.
Ricardo L. debe haber sido un estudioso aplicadísimo de la obra de
Barragán y logró lo que el propio Barragán no pudo o no quiso: Conseguir
clientes importantes que encuentren viable un proyecto renovador,
alejado del establecimiento, y adaptar el lenguaje intimista,
increíblemente colorido y elegante hasta la exasperación de las casas de
Barragán a programas extensos, complejos y exigidos como hoteles
internacionales 6000 estrellas o sedes de mega compañías
transnacionales. Camino Real rompe con todos los presupuestos de lo que
debería ser un hotel de lujo a fines de los 60. No hay torre, no hay
vistas a la ciudad, no hay fachadas de cristales rutilantes, pero todo
está más que bien. Es confortable, sofisticado, imprevisible, ingenioso,
romántico, internacional y local al mismo tiempo, emocionante: Es como
el cielo incrustado en el caos mexicano.
En Pershing Square
están todos los motivos de Ricardo L. Está la fuente, están las galerías
sombreadas, están los colores vibrantes. La plaza es hermosa, pero me
pareció desconectada del downtown de ciudad estadounidense de Los
Angeles, con su Biltmore Hotel, su Skidmore, Owings and Merrill de
vidrios espejados y sus torres bancarias de hierro y cristal. Mi amigo
de Los Angeles, Leonardo Ch. me hizo notar que posiblemente ayude a los
inmigrantes mexicanos a sentirse un poco mejor. Y creo que tiene razón.
Pershing Square está llena de espectros latinoamericanos, invisibles
para los wasps y fastidiosos para los negros, que posiblemente sin saber
porque, justo ahí en Pershing Square se sienten mejor que en la
autopista, en Little Venice o entre Arata Isosaki y Frank Gehry, en el
Civic Center. Es que Pershing Square, lo mismo que la casa que Legorreta
le proyectó –también en Los Angeles- a Ricardo Montalbán, es con sus
muros maravillosos y sus aguas inquietas, una rememoración perfecta de
un México ideal
miércoles, 11 de abril de 2012
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