domingo, 5 de febrero de 2012

hotel nº 1. colonia turística chapadmalal

address: chapadmalal, argentina
architects: ministerio de obras públicas
date: 1945 / 1947

La construcción de la Colonia Turística Chapadmalal se inicia en 1945, y para el verano de 1947 ya está en funcionamiento. El proyecto estuvo a cargo del Ministerio de Obras Públicas, dentro del marco de la Fundación Eva Perón. El MOP había tenido una particular impronta modernizante a partir de la incorporación de Alejandro Bustillo en calidad de asesor en la década del 30; lo que se advierte en Chapadmalal.

En escala pública, la Colinia Chapadmalal es lo que venían haciendo muchos arquitectos, en la esfera privada desde principios de los 40, y que constituye uno de los más interesantes episodios de la arquitectura Argentina. Después de casi una década de experiencias modernas más o menos ortodoxas, resumidas en el cubo blanco y la curva racionalista de Antonio y Carlos Vilar, Alberto Prebisch y Birabén y Lacalle Alonso, entre otros, el gusto por el primer racionalismo ya aparecía agotado, lo mismo que, por supuesto, por los historicismos academicistas.

Justo en ese momento, muchos jóvenes arquitectos, construyen una hibridación genial: Superponen a los modelos de organización de las plantas modernas, una nueva sensibilidad estilística expresada en techos de tejas, muros de ladrillo visto o de piedra, maderas rústicas, pisos de lajas. Los comitentes eran esa clase media argentina, optimista y culta, cansada de los oscuros petit-hoteles de sus papás, por no hablar de las incomodas casas de patios de sus abuelos.

Pero la arquitectura no vino sola. Vino de la mano de una nueva interpretación del territorio, del paisaje en definitiva, desde el Llao-Llao a la General Paz. El chalet “Los Troncos” -que le dio su nombre al barrio más lindo de Mar del Plata-, define perfectamente esta instancia estilística: Una planta impecable como una máquina de habitar, una imagen de ensueño donde todos queremos vivir, un jardín encantador que articula maravillosamente casa y ciudad y una factura perfecta.

Bueno, Chapadmalal viene a ser eso, pero en grande, es decir una tarjeta postal: En uno de los puntos más hermosos de la costa atlántica, enlazados por caminos suavemente curvados y con vistas al mar y a la pampa, o sea a la esencia del paisaje nacional, los nueve hoteles fueron concebidos a partir de las experiencias radicales del pabellón racionalista, pero reformado por la idea de otra modernidad, menos furiosa. Y ahí están. Algunos abandonados y otros en uso, barridos por el corrosivo viento marino y la falta de mantenimiento, pero perfectos, sobrios, elegantes –a pesar de la ropa colgada en las ventanas- y en cierta forma, despreocupados, como debe ser la vida en el verano, sobre la arena argentina.

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